PAREJAS QUE HUYEN
Uno de los estilos afectivos que proliferan más en la sociedad actual es el tipo “huidizo/a”. Seguro que más de uno os habréis encontrado con, un hombre o mujer, que se sentía enormemente enamorado y al cabo de un corto espacio de tiempo desapareció de tu vida sin darte la más mínima explicación. Este es el estilo afectivo huidizo. Mala suerte! Pero he de avisaros que, es más que posible, que os encontréis con este prototipo en más de una ocasión, así que más vale saber cuáles son sus características más comunes para poder pillarlos desde el primer momento.
Reconoceréis a este patrón de conducta por su estilo de vida autosuficiente, alardean de su independencia, de su autonomía, de no necesitar a nadie y de “buscarse la vida sin ayuda”. Esta característica acostumbra a encandilar a la mayoría de personas, puesto que dan una imagen de persona segura y con las ideas claras que es la panacea para cualquier deseoso de pareja fiable. Detrás de esa fachada de autosuficiencia se esconde un bajo nivel de confianza en los demás, no se fían, prefieren controlar la situación que entregarse a otra persona de la cual no se fían demasiado. La persona huye del compromiso emocional justificando que son personas libres y que no desean una relación clásica.
Pero, a la vez, son la ambivalencia pura, porque aquel que haya conocido a un huidizo/a reconocerá que son los que más manifiestan la necesidad de encontrar una pareja afín, de enamorarse, y que su forma de actuar es la del perfecto/a conquistador/a. Deslumbran tanto con sus muestras de afecto y pasión, que a los pocos días ya están jurando amor eterno! La única motivación que mueve a este tipo de personas es la “pasión”, el flirteo, el enamorar, el encantar a la pareja. En el momento que han conseguido “su presa”, se deshinchan como globos. Su desgaste ha sido tal, que una vez han alcanzado el trofeo se desaniman profundamente, se aburren y se sienten vacíos. Es entonces cuando acostumbran a dejar la relación, sin más, sin justificaciones concretas, sin mesura.
Pero ojo! en muchos casos, y con el paso del tiempo, el huidizo/a siente que quizás ha perdido el amor, que quizás se ha equivocado, que han cambiado…., y vuelve! En realidad lo que les pasa es que en la distancia sienten melancolía de lo que fue sin acordarse del aburrimiento ni la ansiedad que sentían cuando estaban metidos de lleno en la relación. Dicho de otra forma, cuando se liberan de la relación automáticamente se alejan del foco de ansiedad que la propia relación les producía, y desde el alejamiento sin sentir la presión de un compromiso de pareja, recuerdan con nostalgia los tiempos del idilio amoroso.
La típica historia de la “relación chicle”, dejan y vuelven a la relación, creyendo que algo va a cambiar, cuando los únicos que deberían cambiar son ellos/as. Este patrón de conducta huidizo/a están abocados al “no compromiso” porque para ellos, escoger a una pareja es renunciar a muchas otras posibles, porque temen equivocarse, porque escapan de todo aquello que les mantenga amarrados.
Es importante entender este mecanismo psicológico de huida y no calificarlo como superficiales, promiscuos/as o fríos/as. Detrás de toda conducta se encierra un proceso de problemas afectivos difíciles de entender, de sobrellevar y de sobrellevarlos, pero si se desea, pueden cambiarlo.